Los accidentes pueden causar varios tipos de quemaduras. Las quemaduras de primer grado son dolorosas, pero solo afectan la capa externa de la piel y sanan bien. Las quemaduras de segundo grado afectan tanto la capa externa como la interna de la piel, causan  dolor, hinchazón y ampollas. Ambos tipos de quemaduras pueden tratarse y requieren poca o ninguna rehabilitación.

Las quemaduras de tercer grado dañan todas las capas de la piel. Son extremadamente peligrosas a corto plazo y causan daños significativos en los nervios, producen cicatrices y una serie de otros problemas a largo plazo. En estas quemaduras, los injertos de piel y la rehabilitación son requeridos.

Cuando la piel se destruye de esta manera, la piel normal es reemplazada por tejido cicatricial. Este tejido cicatricial no se mueve o estira como la piel normal, causando contracturas que limitan la movilidad y afectan el tejido muscular subyacente. Puede afectar los tendones, mover las articulaciones de su posición, y en los niños inhibir el crecimiento de las extremidades. Para los niños que sobreviven a estas quemaduras graves, la vida normal significa discapacidad, aislamiento, soledad y desesperación. La cicatrización física y mental que puede ocurrir es angustiosa.

Para los niños peruanos cuyos padres no pueden acceder a la atención médica privada, hay muy pocas oportunidades disponibles para la rehabilitación.