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Recientemente
Durante la pandemia de COVID, muchos pacientes de ANIQUEM tuvieron problemas para llegar a la clínica, y a menudo fueron atendidos virtualmente. Por supuesto, los niños siguieron creciendo y ocurrieron nuevos casos de lesiones por quemaduras. Ahora, más niños tienen que acceder o regresar a la clínica para recibir terapia, en un momento de menores niveles de ingresos y mayores costos de transporte.

Nuestro programa

Una parte importante de la misión de CAFA es asegurar que los niños que requieren tratamiento y rehabilitación por quemaduras puedan acceder a ellos. El programa de transporte está especialmente diseñado para asistir a niños sobrevivientes de quemaduras que viven en condiciones de pobreza o extrema pobreza y que necesitan atención en la clínica ANIQUEM. Dado que no hay otro centro en Perú que ofrezca rehabilitación completa e integrada para cicatrices de quemaduras, muchos niños deben viajar distancias considerables para recibir tratamiento. Por lo general, estos niños deben visitar la clínica varias veces al año, con estadías de hasta una semana cada vez. Además del transporte, el programa también proporciona alojamiento y alimentación para los niños y un padre o cuidador durante su estancia en Lima.

Mellany


Mellany es un ejemplo inspirador de cómo el programa de transporte de CAFA ha marcado la diferencia en la vida de niños quemados. Las fotos nos muestran a Mellany en dos momentos diferentes: una de cuando era pequeña, durante uno de nuestros minicampamentos para niños más jóvenes, y otra en el campamento para adolescentes que se llevó a cabo el pasado mes de febrero. Mellany tenía solo 3 años cuando un incendio devastó su hogar, lo que la llevó a pasar meses en el hospital antes de recibir tratamiento en ANIQUEM en enero del 2014.

 

Vive en Cajamarca, en el norte del Peru, y depende del programa de transporte de CAFA para viajar a ANIQUEM y recibir tratamiento, tanto físico como psicológico, y para el campamento. Desde su accidente inicial, Mellany vive con sus bisabuelos, quienes se ganan la vida como vendedores ambulantes. A pesar de los desafíos que enfrenta, Mellany demuestra un espíritu admirable y un compromiso con su educación. Le encanta participar en el campamento y disfruta las actividades y amistades que encuentra allí.

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Mellany en 2016

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Mellany en 2024

Aysel


Aysel es otro ejemplo de cómo el programa de transporte de CAFA hace posible el acceso a la atención médica. Aysel sufrió quemaduras durante la pandemia de COVID-19 en un accidente doméstico con agua hirviendo. A pesar de vivir a unas 8 horas en autobús desde Lima, en Ayacucho, Aysel debe viajar regularmente a ANIQUEM para recibir terapia. Su padre, un trabajador agrícola, depende del programa de transporte de CAFA para garantizar que Aysel reciba el tratamiento necesario. Aysel, una niña extrovertida, disfruta del aspecto social de sus visitas a la clínica ANIQUEM y demuestra una valentía y resiliencia admirables.

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Amigos Canadienses de Aniquem - Corporación para el desarrollo de la salud

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